COMERCIALES TROCHA DE PAZ

SINUTRAVEL

“Ahora que volvemos al río causa una nostalgia porque estos ancianos, estas señoras, estos jóvenes, ¡guau!, están diciendo, ¡guau!, sí, aquí estaba el río y estábamos espaldas a él. Nosotros vivimos aquí en la ribera del río, ¿por qué no habíamos visto esto?”

—Jaime Bertel Durango, líder y fundador de la agencia de viajes Sinutravel SAS

Sinutravel: Navegando hacia la Paz en el Río Sinú

trochadepaz

27 de noviembre de 2024

Nunca hubiéramos imaginado encontrar en Tierralta un paraíso tan sorprendente y que fuera ignorado por el colombiano promedio. Desde el momento en que aterrizamos en el aeropuerto de Montería hasta el trayecto por carretera hacia Tierralta, se sentía esa magia especial de los pueblos de García Márquez, calurosos y con un sentido de hospitalidad que nos ponía tranquilos. El vallenato se hacía nostálgico, las llanuras amarillentas del Caribe se volvían pinturas, el bosque húmedo y montañoso suponía aventuras insospechadas.

Llegamos al casco urbano de Tierralta y seguimos en sentido sur hasta la Estación Turística Ecolagos, ubicada a pocos kilómetros del Nudo de Paramillo. Durante el recorrido atravesamos el río Sinú por un planchón de madera, famosas embarcaciones mecánicas sin motor que obtienen su movimiento de las corrientes del río, direccionado por unas guayas. En Ecolagos (una gran choza con techo de paja y habitaciones para turistas) nos recibió el equipo de Sinutravel. Estaban contentos por nuestra visita en representación de Trocha de Paz, pues veníamos a visibilizar el emprendimiento que con tanto esfuerzo habían construido a pesar de las difíciles condiciones, propias de un territorio anteriormente afectado por el conflicto armado. Así comienza una maravillosa historia de resiliencia, unión y reconstrucción del tejido colectivo.

Con una extensión de 5025 km2 Tierralta es el municipio más grande del departamento de Córdoba, el cual, ha padecido la violencia, el desarraigo y la estigmatización a lo largo de seis décadas continuas, con motivo de la arbitrariedad del Estado y terratenientes quienes violentaban a campesinos indefensos para hacerse con el control de masivas porciones de tierra y de agua. Posteriormente, el conflicto armado escaló en la región hasta el punto en que Tierralta fue catalogado como un “fortín paramilitar”, debido a su ubicación estratégica que conecta varias regiones como Bolívar, Sucre y Antioquia y de la cual es tránsito natural para arribar a la costa Atlántica.

SINUTRAVEL
Foto: Trocha de paz 2024
 

A finales de los 90’, la ofensiva paramilitar arrasó a poblaciones enteras con el fin de dominar los corredores de coca, instaurando un régimen de terror en el que los desplazamientos forzados, los reclutamientos armados, las masacres y los asesinatos selectivos fueron pan de cada día. Durante la tertulia amistosa que se dio una vez llegamos a Ecolagos (preparando para el siguiente día la incursión por kayak bien temprano en la mañana), algunos miembros de Sinutravel nos contaron testimonios muy serios como los apagones que se producían a partir de las 6 pm a cargo de los grupos armados para asesinar gente, cuyos cadáveres eran desaparecidos en bloques de cemento. A esto se sumó la complicidad del Estado colombiano con el fenómeno que se conoció como “parapolítica”, el cual tuvo su punto culmine con el famoso “Pacto de Ralito”, llevado a cabo en Tierralta, y que dio cuenta de la degeneración política de la alta sociedad sinuense en la que los alcaldes eran escogidos arbitrariamente. 

Hoy, sin embargo, nuevos actores apuestan por cambiar la cara de Tierralta, un territorio que rebosa de paisajes sorprendentes y bellezas naturales y culturales inmaculadas que tiene el potencial de convertirse en un referente turístico a nivel nacional y continental. Aquella es la aspiración de la agencia de viajes Sinutravel SAS, cuya génesis se da en el 2015 cuando un grupo de campesinos reasentados, víctimas de desplazamiento forzado, deciden generar una fuente de ingresos para el municipio a través del ecoturismo. En una época en donde nadie hablaba de turismo en Tierralta, la iniciativa encabezada por Jaime Bertel Durango, logró articular a diversos sectores sociales y sensibilizarlos alrededor de la construcción de Paz, para lo cual resulta fundamental trabajar en la consolidación de una soberanía alimentaria que permita a sus habitantes y sobre todo a los más jóvenes, hallar sostenibilidad y florecimiento en el territorio, para así quedarse y aportar en su desarrollo.  

En vista de eso, Sinutravel optó por tocar las fibras más íntimas de la sociedad tierraltense: apelaron a la nostalgia de los tiempos en que el caudaloso río Sinú era utilizado como medio de transporte y fungía como sostén para muchas comunidades ribereñas y de pescadores. El río Sinú nace en el Nudo de Paramillo y desemboca en Boca de Tinajones, en el mar Caribe; con una longitud de 415 km es considerado uno de los ríos más importantes de Colombia. Así como uno de los más limpios y hermosos, a propósito de sus cristalinas aguas verdeazuladas carente de basuras y algas viscosas que serpentean una exuberante naturaleza colmada de arbóreos frutales, maderables y ornamentales, además de taludes áridos y altísimas palmas californianas que configuran un paisaje variopinto de ensueños.

Navegar por el río, especialmente desde el Alto Sinú, es una experiencia estética inolvidable que, precisamente, ofrece y facilita Sinutravel al garantizar el descenso en kayak por el río, en el que los acompañantes son un equipo de guías: jóvenes pescadores de la comunidad y expertos en salvamento acuático y en maniobrar embarcaciones menores. La idea de la agencia es que los visitantes disfruten de la actividad de remar con canaletes (y, ¿por qué no?, de vez en cuando echarse un buen chapuzón para refrescar el cuerpo), pero también, la caravana acuática descansará periódicamente en unas determinadas paradas previamente planificadas, generalmente planchones de madera que facilitan el transporte entre las veredas. Ahí los turistas podrán relacionarse con la comunidad que los esperará alegremente: campesinos agricultores, pescadores, cocineras, lavanderas e incluso indígenas Zenú, Emberá, Vericativa, y demás.

Esto con el fin de conocer de cerca sus prácticas tradicionales, desde el famoso “atarrayazo” con el que los pescadores atrapan bocachicos, bagres (dorados, blanquillos), lisetas, charruas, barbudos, rayados, y más, hasta los festivos y coloridos bailes folclóricos como la puya, el porro y el bullerengue. Así mismo, los visitantes podrán adquirir artesanías únicas como las hechas con caña de flecha por el pueblo indígena Zenú, tejidos ancestrales, cestas, manillas y sombreros “vueltiao”. Sumado a los apetitosos banquetes envueltos en hojas de bijao y que son a base de arroz, ñame, maíz, suero, huevos, aguacate, yuca, plátano y cacao; y ni hablar del sancocho de bocachico y el mote de queso que deleitan el paladar y renuevan las energías para continuar con la travesía fluvial.   

El emprendimiento no solo pretende lucrarse entonces, para sí mismo, sino que se inserta dentro de un circuito comercial mayor en donde la comunidad rural de Tierralta puede beneficiarse por medio de la venta de sus productos artesanales, agrícolas y gastronómicos. Unificar a la comunidad alrededor de un turismo integral, consciente de las dinámicas diversas de la cultura caribeña, posibilita la reparación del tejido social y allana el camino para un futuro próspero en donde el río Sinú se desempeñe como protagonista. En palabras de Jaime Bertel:   

Este proyecto dignifica a los miembros de la comunidad (…) Estamos volviendo la mirada al río, el río es fortaleza y nos permite reencontrarnos con la cultura tradicional de los zenúes y campesinos, la de viajar por el rio Sinú en una balsa, ir a diferentes sitios (…) Queremos seguir valorando el territorio, que se escuchen, se reencuentren las culturas. El río sigue vivo, es fuente de vida, planeamos una ruta de reencuentro con el agua, el campesino, la flora, la fauna

Por medio de la visión de un modelo de turismo intrínsecamente conectado con las raíces del territorio y comprometido con la conservación de la biodiversidad y de la cultura ancestral de sus gentes, Sinutravel siempre busca ampliar sus colaboraciones con fundaciones, asociaciones, entidades, estaciones ecológicas y particulares interesados en potenciar el turismo regional en Tierralta. A su vez, la agencia de viajes Sinutravel es parte del Parque Ecoturístico del Alto Sinú que impulsa la empresa URRÁ SA, encargada de la construcción de la central hidroeléctrica URRÁ en el 2000, la cual, al principio, causó gran controversia por sus afectaciones al medio ambiente y presuntas irregularidades en la adjudicación de contratos.

No obstante, nuevos dirigentes se han comprometido a subsanar los daños en concordancia con el Plan de Ordenamiento Territorial Ambiental (POT) y con en el Plan Integral de Turismo (PIT), propulsando la construcción de la Estación Turística Ecolagos que benefició a 10 familias de reasentados que hoy ofrecen sus variados servicios turísticos. Así, a parte de la navegación por kayak, los visitantes tendrán acceso a restaurantes de comida local y a actividades como ciclomontañismo, senderismo y pesca recreativa. De tal manera, la incursión por kayak que brinda Sinutravel generalmente comenzará en el puerto de los Chica, cerca de la Estación Turística Ecolagos y del majestuoso embalse de Urrá en la isla Sonora, cuya conservación está a cargo de la Fundación Social del Sinú. La fundación ofrece un contacto único con la naturaleza a través del senderismo y el avistamiento de aves como el matraquero y de primates como el mono aullador y el cabeciblanco.

Con una fresca mañana nos despertamos el día siguiente de nuestras habitaciones en Ecolagos. El rocío del alba vaticinaba un excelente día, como aquellos en donde el aventurero se siente motivado a conquistar una nueva montaña. En este caso, íbamos a conquistar el caudaloso río Sinú. La noche anterior la radio había anunciado que Sinutravel iba a realizar un recorrido fluvial a lo largo del Alto Sinú, por lo que una atmósfera festiva nos acompañó durante todo momento, siendo la fresa del pastel reservada para el final del viaje. De tal modo, llegamos al puerto de los Chica, nos preparamos, embarcamos y descendimos río abajo. La motivación estaba por los cielos, todos estaban ansiosos de remar por el río, y más cuando sentimos el fresco chapoteo de sus diáfanas aguas verdeazuladas. Era un río hermoso y supremamente limpio que nos cautivó de inmediato.

Para el turista que no tenía mucha experiencia remando en kayak, se le asignaba un miembro o colaborador de la agencia como compañero para que pudiera disfrutar de la experiencia a plenitud. Había un jefe de navegación que animaba a todas las parejas a continuar el canotaje y a levantar la moral de la “tripulación” mediante cantos al trote o, mejor dicho, al remo: “¿Cómo está la moral? Alta muy alta como debe ser, como se siente el príncipe en la casa del rey, a remar se ha dicho, unidos hasta el final”. Así, la primera parada se dio en el planchón El Paraíso, hogar de campesinos con historias impactantes de vida relacionadas con la violencia del conflicto, pero orgullosos por el progreso que han podido alcanzar, evidenciado en obras como la construcción de la Escuelita El Paraíso.

Luego, una parada obligada lo constituyó la Estación Ecológica Las Guatinajas: ubicada en un bosque húmedo tropical, tuvimos la posibilidad de realizar un recorrido guiado por aquel espacio de conservación e investigación de la fauna y la flora local, entre los que resalta el apiario, el herpetario, el bioterio, la estación meteorológica y la reproducción vegetal y de maderas finas. Ahí es donde pudimos apreciar árboles característicos de la región como el caracolí, la caoba y la ceiba, además del águila harpía, tucanes, tortugas, serpientes, salamandras, un armadillo y un perezoso. Tales territorios de conservación eran una muestra de los beneficios que el ecoturismo podía tener para la sostenibilidad de tales espacios en los que hay un compromiso social y científico con la preservación del medio ambiente. Una propuesta que encaja a la perfección con los objetivos de Sinutravel, en palabras de Jaime:

“Estamos haciendo una actividad turística [que va a] generar unos beneficios económicos, sociales y ambientales. Estamos rescatando o trayendo a la actualidad unos recuerdos, unas manifestaciones culturales de nuestro pasado, de nuestros antecedentes que vale la pena traerlos, identificarlos nuevamente y poderlos conservar.”

Así, en cada planchón o parada, una vereda comunitaria estuvo complaciente al recibir a los navegantes, con el fin de mostrarnos la belleza de su cultura y la calidez del trato humano que permite al turista sentirse como en casa. En el planchón El Toro, por ejemplo, la asociación de mujeres “Semilla de Mostaza”, dedicada al rescate de la gastronomía tradicional, nos acogió afablemente a nosotros los kayakeros que, agotados, almorzamos suculentas delicias de ñame, arroz y maíz. De esta forma, la asociación pretende beneficiarse de la integración recíproca a través de la venta de sus productos y la visibilización ante el mundo de las prácticas humanas de su vereda, la vereda El Toro.

Por otro lado, más allá del esfuerzo físico que exige, remar en kayak por el río Sinú trasciende las fronteras de lo inimaginable. Cada avance surcando las diáfanas aguas siseantes abrió un mundo nuevo para nosotros: cada árbol, roca gigante, meandro, isleta, pescador en canoa, niño jugando en la orilla, nube alborozada, retráctil solar reflectando espejismos en el agua mientras esta se bifurcaba en fractales… parecían contener el soplo de un mosaico de historias que se unen y concilian en un interminable lienzo de serenidad y de aquella alegría después de la desgracia que brilla con más intensidad. Navegar por el río Sinú era inmiscuirse en tales historias de lucha y superación, y celebrar a la vida por permitir que florezcan estas culturas ancestrales y paisajes ocultos por una violencia que nunca debió existir.

El recorrido en kayak finalizó en la ronda del Sinú, el bulevar del casco urbano de Tierralta en donde la comunidad nos recibió festivamente a los triunfantes viajeros que terminaron la ruta en medio de un espléndido atardecer rosado que hizo vibrar nuestros corazones. El bullerengue sonaba y las parejas de baile desplegaron un ritmo que anunció la Paz con el río, el profundo respeto que se le guardaba y el agradecimiento que se le profesaba. Una vez concluido el baile, visitamos el Museo Arqueológico Zenú, uno de las más importantes atracciones turísticas de la Costa Caribe, pues aporta 1600 piezas arqueológicas de la cultura Zenú. Víctor Pantoja, encargado de la radiofónica de Tierralta y gran promotor del proyecto de Sinutravel y del progreso en la región, recuerda que en la esquina del museo fue asesinado en el 89’ el jesuita Sergio Restrepo, quien había fundado la emisora y era muy apegado a la comunidad a la que defendía de los grupos ilegales y la apoyaba con mercados y demás acciones para suplir sus necesidades.  

Historias como estas demuestran la importancia de los líderes y de la voluntad conjunta para organizar a la comunidad en torno a la defensa del territorio. En la actualidad, los desafíos que enfrenta la sociedad tierraltense pasan por preservar el ecosistema de las canteras ilegales, la tala de árboles indiscriminada y la contaminación de los ríos. Hemos conocido a Sinutravel como una iniciativa productiva que posibilita el empoderamiento de la comunidad alrededor de proteger a la naturaleza concebida como fuente de vida, además de la posibilidad de convertir a su hogar en un paraíso sostenible y autosustentable que se aboque a la protección del río Sinú y demás maravillas naturales de Tierralta como el Saltillo del Loro, la cascada de Tuis Tuis, el Saltillo de la Oscurana, el Cerro Murrucucú y las Cuevas del Juy. 

Así, el poeta “romántico en su expresión” de Tierralta, Casildo Vides, para quien nada era como antes, por fin podrá sonreír y reconocer algo de los tiempos de antaño. Sinutravel se alzaba como un halo de esperanza que apuntaba a conservar lo propio mediante la conciliación de perspectivas y, sobre todo, de un amor hacia su tierra, hacia su río. Con tales palabras nos despide Jaime Bertel:

“Nuestro río Sinú es hermoso. Está conservado, está limpio, está libre de contaminación y entonces es una oportunidad que tenemos para continuar en ese tipo de actividades conservándolo (…) Oportunidad de revivirlo, darle protagonismo, en canoa, chulapa, kayak, balsa… Se vive a través del agua, la tierra, la naturaleza.

Comercial Trocha de Paz: Sinutravel

Share This