Estamos en Morales, uno de los municipios del centro del Cauca más afectados por el conflicto armado, y los incumplimientos del Acuerdo de Paz en Colombia. No obstante, eso no ha sido impedimento para que sus habitantes generen procesos a través de la gestación de emprendimientos colectivos y economías solidarias que estimulan no solo el comercio local, sino también la difusión de conciencia acerca de la importancia del cuidado al medio ambiente. Es el caso de la Asociación APIMORALES, un conglomerado de decenas de familias campesinas dedicadas al cuidado y la crianza de abejas, uno de los animales más importantes del mundo debido a su rol esencial en la polinización y reproducción de plantas que favorecen alrededor del 70% de la agricultura mundial. 

Dentro de la vereda El Maco (llamada así por el árbol del mismo nombre) se encuentra la pacífica y armoniosa finca Santana, cuyo sol mañanero ilumina a varias familias que visten dichosas el mismo conjunto de camisetas amarillas con el logo de la asociación. Hace un día despejado, diáfanas nubes entornan a lo lejos el majestuoso volcán de Puracé, guardián silencioso de esa región. Poco a poco el aire matinal se empieza a disipar y los líderes de la asociación empiezan a encabezar la reunión. La idea de grabar un comercial que resalte el proceso productivo de su emprendimiento les emociona, pero también un aliento circunspecto se impone para que cada detalle marche magníficamente bien. De inmediato, se hace evidente la necesidad de visibilizar su empresa: precisan de un mercado y de clientes que compren su miel y los productos derivados de ella, entre los que se incluye la hidromiel, el polen, el propóleo y la cera.

No obstante, las necesidades no son puramente comerciales: se busca remarcar el profundo y sentido tejido social del que está compuesto la asociación, familias del campo damnificadas por la violencia que encontraron en la asociatividad y la cooperación mutua un camino para no permitir que el color gris de los grupos armados, los desplazamientos forzados y los cultivos ilícitos los opacasen. De ahí el amarillo dorado de su indumentaria, que, aparte de representar a las abejas pretende hacer homenaje a su intrínseca alegría y a una trémula animosidad por salir adelante. Así lo reflejan los ojos y las palabras de esperanza de una madre campesina víctima de desplazamiento forzado y que ahora hace parte de la asociación:

“Es un proceso muy bonito que me ha enseñado muchísimo, hay más oportunidades para unirnos para el comercio, para pedir apoyo de las entidades, eso es lo que a mí me aminaba a cultivar las abejitas. Y también a protegerlas, porque hay mucha gente que les tiene miedo y las quema, las envenena (…) si nosotros estamos organizados no dejamos que la gente las acabe (…) entre todos podemos cuidar el medio ambiente y por ende a las abejitas.”

A la par, uno de los líderes principales se adelanta y toma la palabra acerca de la génesis de la asociación, datada en 2020:

“Con el apoyo de la administración municipal, el Sena, Mercy Corps, estudiantes de la Universidad del Cauca nos han capacitado porque no teníamos conocimiento. Hoy en día hemos evolucionado y sabemos que de las abejas se puede sacar muchos productos, y así surge la idea de formar APIMORALES. Todo inició cuando teníamos poquitas abejas, más de uno en la finca [decía] que yo tengo un enjambre, entonces empezamos a recuperarlos y armar nuestro apiario (…) Al principio los problemas eran que no sabíamos cómo sacarla, transportarla, y todo eso lo fuimos aprendiendo con el paso del tiempo”

De tal modo, las iniciativas individuales y las veredas se fueron juntando para convertirse en un objetivo social: la agrupación de apicultores dispersos alrededor de la tecnificación de la producción de miel y la preservación de las abejas por medio del fortalecimiento de los apiarios, de quienes depende la calidad y producción del café, el frijol, el maíz, el aguacate, los cítricos, etc. Sencillamente, sin abejas la vida humana y de muchas especies desaparecería.

Enseguida se hizo imperiosa la necesidad de conocer a las protagonistas de esta historia, por lo que nos desplazamos rápidamente para vivir en primera persona la experiencia de tener frente a frente a las abejas, trabajando en sus apiarios. Después de habernos equipado con los respectivos trajes de seguridad y de breves recomendaciones, nos adentramos a un descampado rodeado de árboles frondosos, en donde reposan varios apiarios: marcos de madera con una decena de cuadros cada uno, organizados de tal manera para la comodidad de las abejas, pues una de las finalidades de la apicultura es evitar que las abejas se desgasten realizando el panal e inviertan esa energía en la extracción de polen y la producción de miel. Rápidamente un equipo de expertos se apresuró a utilizar el ahumador y a retirar los cuadros con una palanca, evidenciando la perfecta organización de la sociedad de abejas, las cuales trabajan desde el centro hacia los lados y su reina (la abeja carniola) cuenta con espacios específicos para poner las crías, un promedio de 1500 huevos diarios. Luego, se procede a la extracción de miel con una centrífuga, para evitar dañar el panal.

Finalmente, la jornada concluye con una amistosa congregación para degustar la miel recién obtenida y los otros productos derivados, como la hidromiel que requiere de un preciso proceso de fermentación, así como el propóleo, sustancia resinosa ideal para combatir virus y bacterias por su condición multivitamínico, de hecho, la miel también sirve para combatir debilidades cerebrales y regenerar células muertas, y ni hablar de su mágico sabor capaz de acompañar los mejores platos, como el queso campesino.

El hálito de nobleza y humildad de la gente del campo reviste al día soleado de un particular resplandor que irradia el corazón de los presentes, proyectando aires de ilusión y de esperanza por un futuro donde no sean estigmatizados y puedan vivir de su gentil y honrado trabajo con las abejas. Ese es el deseo de Manuel Alejandro Velazco, concejal del municipio de Morales, quien ha venido trabajando desde el ejercicio de fortalecer una identidad en la región desde el café, la miel y el ecoturismo, para que los más jóvenes se apropien de eso propio y encuentren prosperidad en la vida de campo. Para ello es fundamental (enmarcado en los Acuerdos de Paz) las ayudas gubernamentales a proyectos como este que incentivan la articulación social, tecnificando nuevas propuestas como la extracción de apitoxina (que es el veneno de las abejas) para fines curativos. De ahí la última reflexión de uno de los miembros de la asociación:  

Finalmente, la jornada concluye con una amistosa congregación para degustar la miel recién obtenida y los otros productos derivados, como la hidromiel que requiere de un preciso proceso de fermentación, así como el propóleo, sustancia resinosa ideal para combatir virus y bacterias por su condición multivitamínico, de hecho, la miel también sirve para combatir debilidades cerebrales y regenerar células muertas, y ni hablar de su mágico sabor capaz de acompañar los mejores platos, como el queso campesino.

“Aspiramos a que Apimorales sea una empresa grande (…) En un futuro queremos dejarle a nuestros hijos es la importancia que la abeja tiene aquí en el planeta, porque mucha gente con los fungicidas, insecticidas las han venido acabando, hoy en día queremos recuperarla para que nuestras cosechas, todo el futuro sea mejor para nuestros hijos (…) Amar el campo, entregarse, dejarle el legado a ellos de que entiendan que es en el campo donde está la vida, el campo depende de toda la ciudad. Lo hermoso de producir la comida, ver cómo se produce. Sin campo no habría ciudad.”

Videoclip RUTA CAUCA: APIMORALES

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RUTA CAUCA

Trocha de paz – Ruta Cauca, es un recorrido por procesos comunitarios, organizativos y solidarios que están transformando el departamento del Cauca. A través de nuestras publicaciones, destacamos las iniciativas locales en municipios como Popayán, Timbío, Paletará, Morales y Tunía, poniendo especial énfasis en prácticas como la apicultura, la caficultura, y la sericultura, así como en la preservación de la sabiduría ancestral y la educación propia. También abordamos el trabajo colectivo de mujeres, el cuidado de las semillas y la soberanía alimentaria, ofreciendo una visión integral de cómo estas actividades contribuyen a la construcción de paz y fortalecen la cohesión social en los territorios.

Cada entrada busca visibilizar el esfuerzo y la creatividad de las comunidades en su camino hacia un desarrollo sostenible, explóralas a continuación: