Dentro del contexto global actual de aislamiento, el proyecto Paz Alto Cauca sigue desarrollándose.
El pasado 13 de Mayo de 2020 se presento en el Congreso LASA2020 (LATIN AMERICAN STUDIES ASSOCIATION), de forma virtual, la ponencia: “Paz territorial” Análisis crítico respecto a la participación y a los esfuerzos de legitimación en la implementación del Acuerdo de Paz en Colombia. Ésta fue presentada por la profesora Irene Vélez-Torres y el tesista de maestría James Larrea-Mejia.
RESUMEN
La desilusión generada por las operaciones tecnocráticas de construcción de paz hasta entrada la década del 2000 ha llevado a distintos académicos y funcionarios a abogar por un nuevo enfoque basado en la construcción de relaciones de confianza y legitimidad entre la ciudadanía y el estado. Más aún, en el caso del Acuerdo de Paz entre el gobierno colombiano y la guerrilla de las FARC-EP (2016), la construcción de paz estaría atravesada por un ejercicio participativo que permitiría romper con una marginación histórica de la población rural a través de mecanismos de participación con enfoque de género y etnicidad. Los PDET en Colombia representan quizás el esfuerzo más ambicioso jamás realizado para construir esta paz-imaginada desde el territorio y con la gente. El proceso implicó la construcción de planes participativos de desarrollo local en los 170 municipios más afectados por el conflicto armado, y con mayores índices de pobreza y debilidad institucional, partiendo de un esquema piramidal invertido, con una primera fase de reuniones públicas celebradas en veredas a las que, en principio, se invitó a todos los ciudadanos locales a participar. Si bien el proceso de planificación resultó en la formulación de dieciséis planes regionales consolidados, el enfoque ascendente mostró límites importantes, ya que los PDET no lograron integrar las visiones y reivindicaciones de grupos indígenas, afrodescendientes y campesinos, además de que en lo local se fue transitando hacia una seguridad militar, incluso opuesta a las demandas sociales. En la medida en que la implementación del Acuerdo de Paz privilegió una visión individualista y liberal que contrastaba con las ideas colectivas de participación presentadas por algunos actores (es decir, pueblos indígenas, afrodescendientes, organizaciones campesinas y excombatientes de las FARC-EP), los PDET resultaron en «una lista de mercado» cuya responsabilidad financiera terminó recayendo en el eslabón más pobre de la estructura del estado: los municipios. A través de una investigación activista desarrollada desde 2018 con un enfoque complementario etnográfico y de intervención social a través de la educación, este artículo se pregunta por el giro en la implementación de los PDET y sus rupturas respecto a la paz territorial imaginada.
Nota:
Si deseas leer la ponencia completa te invitamos a hacer haz click en el botón a continuación.